
Teneís hasta el 10 de diciembre para apuntaros!!

Aburrido ya de las gracias de mi perro Boby, un pastor de 3 años, decidí jugar con él de una manera diferente. Lo dejé con hambre y con mucha sed por un día entero. Luego quise saber qué le pasaba si en vez de agua, le ponía en su bebedero leche de magnesio. El estúpido se lo tomo todito. Me miraba esperando que le diera algo de comer, pero opté por encerrarlo para que no me jodiera. Lo puse en la oscura bodega de herramientas y te juro que si no es porque en la noche escuche un aullido, no hubiese recordado que el pobre estaba metido ahí. Como ya era muy tarde, lo dejé que se durmiera.