Es una gatita que va a comer a casa de una voluntaria de "No me abandones" desde hace un año. Pasa dentro, se le sube encima, ronronea, se le mete entre las piernas...
No le dan miedo los perros ("Arturo" o de "Alma", los que pueden salir cuando está ella) y cuando salen a pasearlos incluso los acompaña (indica lo sociable que es, pero es un peligro porque cualquier día la va a coger un coche).
A Arturo incluso se le pone boca arriba y juguetea con él.
Cuando tiene ganas de comer se pone a maullar en la puerta para llamarles, entonces le abren y además de dar sus vueltecitas por las habitaciones de abajo (ordenador, cuarto de baño y entrada), se va con Arturo a juguetear...y al ratito, ya maúlla para volver a salir.
Ayer se la esterilizó y se le hicieron las pruebas (dio negativo a leucemia e inmuno). El jueves le dan el alta...y volverá a la calle si no encontramos casa de acogida.
Con esta compañera no puede vivir porque tienen otros perros que le harían daño, no todos aceptan a una gata por compañía...podría salir dañada.
Por favor, si puedes ayudar, contacta con Lucía en el 606921467 o en el correo luci@nomeabandones.org
Playing for Change es un proyecto coordinado por Mark Johnson que tiene como base utilizar la música como instrumento de transformación social. Si la religión y la política nos alejan del “Otro”, la música puede ser el vehículo que fomente la armonía, la compasión y el interés de ayudar al “Otro”. Johnson ha producido un documental en torno al proyecto y ya hay varias muestras de la colaboración que se ha dado entre los músicos. Comparto una versión de Stand by Me que refleja claramente la magia de este tipo de proyecto. Te aseguro que vas a querer escucharla varias veces.
En Playing For Change están haciendo cosas como la que sigue: 37 músicos callejeros de diferentes partes del mundo, que no se conocen ni se han visto jamás, son remezclados para dar a luz esta versión del clásico.
Chi's Sweet Home es la historia de una gatita que se pierde y es adoptada por un niño llamado Yōhei Yamada. El problema es que el apartamento de los Yamada no admite animales. Cuando no pueden encontrarle otra casa, los Yamada deciden desafiar las normas y criar a la gatita, Chi, ellos mismos. Las historias se centran en los Yamadas, o en los animales (mayoritariamente gatos y perros, pero también algún conejo) del vecindario.
